Aquí seguimos todos empujando este barco llamado El Blog de Miguel Noguera, un barco que ya zarpó pero al que hay que empujar permanentemente. Un barco surrealista lleno de ideas (si empujamos, empujamos en serio), un barco de madera que se llama Montserrat.
Hoy voy a hacer algo muy socorrido pero que aún así requiere tener la cabeza fría y el pulso caliente, ¡adelante con las propuestas de hoy!
Hoy voy a hacer algo muy socorrido pero que aún así requiere tener la cabeza fría y el pulso caliente, ¡adelante con las propuestas de hoy!
La expresión “ardo en deseos de estrecharle la mano”, una persona deseosa de reducir el ancho total de la mano de otra. No estamos hablando del clásico apretón de manos, estamos hablando de cirugía para estrechar la mano de alguien de un modo más o menos elegante extrayendo finas rebanadas longitudinales de carne de por entre los huesos y cartílagos, pequeñas cuñas exactas como virutas de zanahoria a fin de mantener intacta la forma general de la mano. ¿Cómo se puede arder en deseos de hacer algo tan absurdo y a la vez tan concreto?
La expresión “está más seco que el ojo de la Inés”, que un ojo, precisamente, se convierta en paradigma de sequedad. No quiero ni imaginarme esa piedra calcárea inserta en la órbita de la tal Inés. Menudo objeto ese ojo seco, un guijarro de yeso con manchas como de lápiz donde antaño estuvieran la pupíla y el iris... ¡Basta!, y ¡ella!, ¿qué clase de vida es esa?, no saber si arrancarse ese taquito tambaleante de una vez por todas, como quien se quita una espinilla revenida, o bien conservarlo en su lugar por dignidad, porque al fin y al cabo sigue siendo su ojo. Pobre chica medieval.
Ya he terminado, cierro mi cuaderno de bitácora por hoy, voy a bajar al camarote. Mi barco prosigue su singladura solitaria en un mar de dudas y temores. Mi pequeño Noguishe bergantín. Si empujamos, empujamos en serio.
3 comentarios:
¿Te das cuenta de que esa operación de manos es lo que necesitan la mayoría de transexuales? Por muy conseguido que esté el cambio de sexo (de hombre a mujer), el tamaño de las manazas de un hombre siempre delata su sexo original. Eso y la nuez. Que pase un cirujano por aquí y arderá en deseos.
Lo del ojo: yo cuando he oído esa expresión siempre pensaba en un globo ocular raquitizado, haciendo pedúnculo dentro de la órbita como una pasa asquerosa.
Lo de la mano: También de mucha grima, cabría la opción de sustraer uno de los dedos de raíz, hasta la muñeca. Es verdad que no es un estrechamiento de mano propiamente dicho, pero podría ser una especie de moda enfermiza entre los niños, querer tener manos de Simpson. Serían ellos los que dirían "ardo en deseos de estrecharme la mano".
Hermosa alegoría náutica, la del Noguishe bergantín.
Mira, precisamente aquí te he dejado un saludo. Desde otro barco, un telegrama:
http://www.flickr.com/photos/34176375@N05/3208925731/
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