Hoy por fin voy a reseñar aquí el asunto del erizo, un asunto que llevaba semanas esperando en la puerta sosteniendo el sombrero entre las manos; en su día lo mencioné en la radio pero, como todo lo que digo por la radio, se hundió inmediatamente en el mar de las ondas hertzianas*.
Antes de dar paso a la imagen, quiero que entendáis que ésta coge mucha fuerza por el hecho de existir en el mundo real, yo he visto ese objeto en una tienda (la idea de actuar en un blog como si la imagen a la que se va a dar paso estuviese detrás de una cortina cuando en realidad todos la están viendo).
Un felpudo con forma de erizo de plomo con púas de esparto colocadas directamente sobre la panza para que de este modo uno pueda verle la cara al erizo mientras le restriega el zapato y todo sea un poco más entretenido que si le viera el cogote. ¡Qué clase de producto idiota es este que sacrifica la dignidad del erizo por un chiste estúpido y desesperado, como si no se pudiera interrumpir ni por un instante la cadena de babas de Disney que nos rodea!, ¡Son las babas del mismo Disney que cuelgan de su boca y llegan vacilantes hasta nosotros!
*Una metáfora francamente asquerosa, propia de un pureta enamorado de la radio. Esta metáfora fue descubierta unos meses atrás por Xavier Daura durante una inspección rutinaria.
lunes, 9 de febrero de 2009
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3 comentarios:
Que gran imagen esa del señor Daura inspeccionándole las meninges a Noguera, con su bata y todo, muy serio y rutinario, eventualmente extirpando con palillos chinos las metáforas puretas que hacen vida en el interior de Miguel Noguera.
Orugas mohosas que ponen huevos y fuman en pipa, hablan de la radio, esa época maravillosa en que no había televisión y las calesas jugaban a la cometa en el parque.
(El bueno de Noguera y su misse en scene de madera)
El detalle de girar la cabeza al erizo para verle reír cuando le hacemos cosquillas con la suela del zapato. El pequeño detalle que te alegra el día.
Desde hace años recreo en mi mente una y otra vez la SENSACIÓN de pisar una paloma en un parque público; pisarla sin darte cuenta. No hablo de la imagen, hablo de la sensación. Lo mullido.
La historia de los problemas de pareja. Mientras la recordaba para escribirla me he acordado de la historia del doblador de Pingu y las broncas con su mujer.
A ese nivel he llegado.
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