Toni Díaz: «Puedo esquivar la lluvia»
Toni Díaz, un niño bizco de mi clase, aseguraba que era capaz de esquivar la lluvia. Soltaba alardes de ese tipo cuando alguien se le acercaba sin ánimo de mofa. Bien pensado, esquivar la lluvia es una habilidad bastante ridícula porque implica un esfuerzo físico y mental que desborda los umbrales de la operatividad humana pese a que, al fin y al cabo, no es más que esquivar lluvia; una especie de pasatiempo ninja. Esquivar la lluvia es tomársela demasiado en serio.En esta solución binaria, Toni tendría que moverse de un lado a otro aprovechando los intervalos, en ocasiones ínfimos, entre las gotas, pese a que, paradójicamente, de este modo se mojaría más que el resto de los niños al abarcar más gotas con su vaivén horizontal (la coronilla, eso sí, permanecería completamente seca).
Existe otra posibilidad, mucho más compleja, en la que Toni se movería en un espacio esférico dislocando sus articulaciones a voluntad –de un modo, por así decirlo, divino– para no ser alcanzado por la lluvia. Esa posibilidad es incompatible con la vida.
En cualquier caso, Toni el bizco, con su seriedad de agente secreto, articuló algo muy bello, muy poético, sin darse cuenta. Y ahora me acuerdo de otro niño, Francisco, cuya fantasía era ser un hombre de campo irrompible (creo que por lealtad hacia sus padres). Lo recuerdo tirándose por las escaleras y levantándose del suelo indolente, con un poco de sangre en la palma de la mano (una heridita –ella misma ruda como Francisco– en el centro, no precisamente convexo, de la mano).
4 comentarios:
De pequeño soñé una vez que volaba: con una larguísima carrerilla, fui capaz de levantarme del suelo unos palmos y planear durante unos segundos como una gallina (No sé si a eso se le puede llamar volar).
Al despertarme, estaba bastante convencido de que podía trasladar esa habilidad al mundo de la vigilia, pero nunca lo intenté por no encontrar el momento de soledad ni el espacio suficiente. Al final se me olvidó.
A día de hoy, nada prueba que yo no tuviese la capacidad de "volar un poco" de niño, al menos durante unas semanas.
¡Bravo, Toni!
Sin duda, no es compatible con la vida
En sueños yo vuelo al menos un par de veces al año... no imagino un año sin volar ese par de veces...
Publicar un comentario