Como iba diciendo, hace ya más de un año me diagnosticaron una puñeta en el corazón. Tengo jodida la válvula que regula el flujo de sangre del corazón a la la arteria aorta, por lo visto la tengo mal planteada. Normalmente esta válvula está formada por tres valvas que se abren y se cierran formando una especie de pizza cortada en forma de Y:
Pero la que yo tengo es una válvula bivalva, una puerta de dos batientes:
Una boca humana, un fumador de puros, un coño cansado que a fuerza de bombeos se ha dado de sí y cierra de mala manera provocando pequeñas regurgitaciones y eructitos de sangre en el corazón. La verdad es que yo no noto apenas nada, alguna ligera palpitación de vez en cuando pero, según lo que me explicaron los médicos, poco a poco iré sintiéndome fatigado al subir escaleras, a resollar en el descansillo, a desplomarme sin aliento en una butaca mientras la Conga de los invitados se aleje (ya me entendéis, el clásico plano del abuelo indispuesto en la comunión de su nieta e inadvertido por el resto de familiares, el ¿se encuentra bien? del único camarero que se ha dado cuenta, el mal presagio narrativo que esas escenas suponen siempre), por lo visto esta malformación cardiaca es muy común y se remedia sustituyendo la válvula dañada por una prótesis artificial, cosa que probablemente tengan que instalarme en el futuro.
La verdad es que hasta la redacción de esta entrada no me había ocupado de buscar imágenes de estas válvulas, tan sólo había especulado vagamente con su aspecto y la idea de hoy es fruto de una de esas fantasías insostenibles, es muy loca, ya veréis.
Pasa que yo pensaba que la cosa a sustituir era tan solo una de las dos valvas, que pondrían una pestañita de plástico con la misma forma que la original, aunque aún así siempre que la imaginaba visualizaba un triángulo de plástico azul celeste, como si mi válvula fuese precisamente trivalva, ha ha qué paradoja, qué tontería. Pero el baile no se acaba aquí, en el fondo, yo era incapaz de concebir, y sigo siéndolo, el punto de contacto del plástico, o lo que fuera, con la carne del corazón, cómo harían para pegar algo a esa masa mojada y batiente, no sé, pensé en cauterizar goma negra y carne, en coserla con cuerdas de esparto, en grapas Petrus, en fin, un atajo de barbaridades que al final me condujeron a esto:
Una gran lámina flexible y resistente al mismo tiempo, una especie de radiografía inserta lateralmente en el hombro siendo únicamente la puntita roma de la lámina la valva en cuestión, era la única manera de concebirla, no pegada, no adherida, ¡clavada en el cuerpo desde fuera!, ¡fugada al exterior! bufff, ese corte enorme en el hombro tapado permanentemente con un trapo húmedo. ¡Y las revisiones periódicas!, ¡qué dolor tener que extraer esa plancha tirando de ella sólo para comprobar el estado de una de sus puntas!
Las auténticas válvulas, las del mundo real, son así de jodidas, sigo sin entender cómo consiguen pegarlas a las viscosidades interiores.
Bueno, ¿va bien aquí?, me voy a parar en doble fila, aaaaquí, ya está... No, no me debe nada, invita la casa, historias así no se oyen todo los días Sr. Noguera, ¡suerte con la operación! (al final la entrada es lo que le cuenta al taxista camino del hospital, no está nada mal).
3 comentarios:
Creo que va con velcro.
Miquel, soy yo el que lee tu blog desde la India! es que me mata tu humor, hombre!
Anyway soy el Vecino Discreto de ese fotolog que ya no uso.
Saludos!
Noguera hace malabares entre la realidad y la ficción aquí, malabares con erizos de mar, algo bastante peliagudo, uno no sabe si reírse o darle ánimos, así que se queda mesándose las barbas perplejo, uno.
Y digo, si es como una boca de fumador de puros, o como un coño cansado (el coño fofo, dado de sí, tosiendo como un tuberculoso) ¿por qué no usan bocas de piñón o coños jóvenes y briosos para sustituir a la válvula?
Vamos, yo esto lo veo digno de una cadena de mails, Re: ¡Un coño para Noguera!No, en serio, la idea de la placa, de la radiografía, clavada entre las costillas hasta encajarla en la válvula, el galeno (porque no se puede llamar médico al operario que la introdujera) el galeno digo esforzándose por hacer la menor escabechina posible, por atinar en el sitio justo, por no rebanar el corazón, vaya. El galeno, sudando a chorros.
¿Por dónde seguir? Los matorrales que no conducen a ninguna parte.
El diseño inteligente de la válvula Noguishe. Esa escena de mal presagio, la escena del abuelo, creo que puedo decir que nos ha conmovido a todos.
En fin. El bueno de Noguera, cuánto dan de sí sus ideas, son como coños cansados de contorsionista, se estiran y estiran sin parar. Recemos porque todo vaya bien y siga liderando congas muchos años más.
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