Pues sí, eso es.
Tratar un libro de tapa dura -de pasta gruesa- como a una revista. Un trato desenfadado y fresco, forzar el cartón de la tapa, doblarlo por detrás, hacerlo todo más acogedor, más cálido, ¡qué crujan esos goznes, por Dios! hagamos bajar al libro del pedestal, tratémoslo de tú a tú, qué el saber que contiene se nos muestre llanamente y sin misticismos... ¡QUÉ PUÑETAS, SE TRATA DE UNA ABERRACIÓN!, no os dejéis seducir, es un despropósito.
Buenas noches.
lunes, 14 de diciembre de 2009
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6 comentarios:
No pienso tratar a un libro como una revista!
Me chirrian los ojillos solo con verlo hacer.
Saludos,
YoMisma
Que se quede bien pochadito, el libro, así aprenderá.
No, Luis, eso no, eh? nada de pochar libros. A los libros no.
Una delicia para el sentido menos comun. El sentido del humor.
Es una crueldad intolerable!! Mi ex novia lo hacia a menudo... quizá ese fue el inicio de nuestra crisis! Nooo
dios noguera, estás que te sales (frase para hacer un buen pastel también)
besos y gracias
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