He he, sí, partir una chaqueta por la mitad, no estoy hablando de cortarla con una tijerita cobarde, estoy hablando de partirla de un rodillazo, como se parte una rama, ya sé que me diréis que eso es imposible, ¡callaos!, ¡soñemos un poco!. Cogerle la chaqueta a alguien que esté pasándolo bien en otra estancia, ¡sí, estamos hablando de un centro cívico!, coger esa chaqueta, llevarla a los lavabos y partirla en dos, ¡me importa un bledo que sea de cuero, se parte y punto!, luego se devuelve donde estaba, se deja revuelta, que el pobre iluso crea que está entera cuando vaya a recogerla todo contento, ha ha.
Vaya, me ha salido un butanero. Hoy ha sido un arrebato, un taconeado, ojalá todo fuera siempre así, en la vida en general, quiero decir.
sábado, 2 de mayo de 2009
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2 comentarios:
Siempre he tenido la fantasía de congelar una pieza de ropa y dejarla caer delante de su propietario. Visualizo su cara de terror ante mi amenazante gesto, como si se tratara de la urna de las cenizas de la abuela, algo totalmente sagrado y que sería de locos destruir a conciencia.
OYE NI UNA REFERENCIA A XAVIER DAURA, QUÉ VERGÜENZA MIGUEL.
MENUDO LADRÓN.
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