Vamos con ese chiste raro.
¡Ese* alcalde de pueblo pequeño!, que va a comprar fruta al mercado y su amigo el frutero, para impresionarle, le enseña una enorme manzana deforme con forma como de madeja de lana**, diciéndole ¡mire que pedazo de manzana señor alcalde, ¿a que no había visto nada igual?, la he cogido del manzano de mi huerto, una rareza, desde luego, ha ha ha, por ser usted le dejo cogerla, no se crea que la voy enseñando por ahí, cójala, no tenga miedo, ha ha ha.
Entonces el alcalde, muy serio, toma la manzana entre sus manitas sostiéndola casi a la altura de sus ojos pero no la mira a ella, mira fijamente al frutero alzando la vista por encima de la aberración frutal. Lo mira muy fijamente, se diría que con ira, y por algún motivo la manzana no se mueve en absoluto, antes oscilaba como cuando alguien inspecciona de cerca una cosa que tiene entre las manos, pero ahora está fija y demasiado próxima al rostro del alcalde, entonces el frutero comprende, el alcalde egoísta la está mordiendo, le está mancillando el Guiness de los Records, no ha podido evitar sentirse desplazado por esa manzana gigante y ha tenido que dejar en ella su asquerosa marca para estar presente en ese evento extraordinario. El frutero ha de tragar con la situación y más tarde ver como la zona mordida se oxida y se vuelve marrón, y soportar las preguntas de la gente, ah, ¿y quién la ha mordido?, qué pena, ¿no? o vaya, has tenido que morderla, qué bruto eres.
Bueno, ya está, terminé, ya podéis iros, pero recordad siempre la historia del alcalde y la manzana, os servirá para muchas cosas.
*Esa manera tan andaluza de comenzar los chistes, ¿no? encabezándolos con los artículos ese o esa: ese gangoso que va por la calle, esa guarra que va al médico, muy propia entre otros del humorista Arévalo.
**Hoy los pies de nota van dedicados a Andalucía, el escudo de Sevilla, no-madeja-do, no ma dejao, qué loco todo eso, menudo jeroglífico de revista. (qué loco también dedicar a Andalucía unos pies de página del Blog de Miguel Noguera, ¿qué clase de homenaje es ese?).
2 comentarios:
Miguel N. ha descubierto la onomatopeya y la exclamación en sus escritos. Los ha-has y he-hes. Creo que quiere que sus lectores pensemos en él como alguien afable y campechano y lo intenta así, con esos recursos.
Y también en este post:
Los textos que enviaste, un disfrute, eh. Un saquito de perlas.
El problema es que se han juntado un testarudo y un indigente y por eso ha salido todo mal. Si no no habría pasado nada.
Ah y no pasa nada por los lapsos entre fábulas. Faltar a clase está bien.
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