miércoles, 31 de diciembre de 2008
Para 2009 propongo la idea de media vela de moco. Pero no me refiero a un seccionado a media altura, lo que comúnmente se entiende por “partir por la mitad”; lo que quiero poner sobre la mesa es un colgajo de moco fino, largo y viscoso, partido longitudinalmente por la mitad, algo apenas pensable tratándose de moco reciente -aún podríamos concebirlo si estuviéramos hablando de una estalactita de moco seco- de hecho, para poder visualizar mentalmente un moco en fase gel geométricamente partido hemos de echar mano del recuerdo de los efectos del magnetismo sobre las pastas metálicas y cosas por el estilo. Se puede sustraer la mitad de la materia del hilo de moco, pero no se puede partir el moco por la mitad, no se si me explico.
martes, 30 de diciembre de 2008
jueves, 18 de diciembre de 2008
Rascador Genital
lunes, 15 de diciembre de 2008
Objetos Noguishe
lunes, 8 de diciembre de 2008
Toni Díaz: «Puedo esquivar la lluvia»
Toni Díaz, un niño bizco de mi clase, aseguraba que era capaz de esquivar la lluvia. Soltaba alardes de ese tipo cuando alguien se le acercaba sin ánimo de mofa. Bien pensado, esquivar la lluvia es una habilidad bastante ridícula porque implica un esfuerzo físico y mental que desborda los umbrales de la operatividad humana pese a que, al fin y al cabo, no es más que esquivar lluvia; una especie de pasatiempo ninja. Esquivar la lluvia es tomársela demasiado en serio.En esta solución binaria, Toni tendría que moverse de un lado a otro aprovechando los intervalos, en ocasiones ínfimos, entre las gotas, pese a que, paradójicamente, de este modo se mojaría más que el resto de los niños al abarcar más gotas con su vaivén horizontal (la coronilla, eso sí, permanecería completamente seca).
viernes, 5 de diciembre de 2008
Doctoradas en locura
martes, 2 de diciembre de 2008
Locura y gordura
En la barra del bar de enfrente de mi trabajo hay cuatro tipos que comen en paralelo. Es una barra corta y uno de ellos habla sin parar, pero nadie le escucha porque está loco. No suelta delirios muy desagradables, suele hablar de cómo Franco dejó morir a su padre en un tugurio –usa siempre la palabra tugurio para hablar de las condiciones de esa muerte–. Los otros tres están gordos y congestionados, como a punto de reventar –de hecho, uno de ellos trabaja en el hospital y, dado su aspecto, la palabra INSALUD en su uniforme blanco de celador hace pensar directamente en la negación de la salud (ni rastro de la entidad pública)–. La gracia es que los tres gordos están cuerdos y el delgado está loco. Como si el precio de la cordura fuera estar como una bola y permanecer callado, mientras que si exudas toda la grasa te vuelves loco y empiezas a parlotear en bucle. Pierdes la gordura y te vuelves loco, ¿eh? Pierdes gordura y cordura, ¿qué os parece esta mierda? Muchas gracias.