He decidido poner fin a mi descanso y empujar de nuevo este barco de madera que es El Blog de Miguel Noguera (como habréis notado, cada cierto tiempo escribo el nombre completo del blog; se ve que cada vez que lo escribo en una entrada, esta pasa a ser lo primero que surge en Google al buscar el blog, no sé, me parece bonito, para mí es como aplicarle una nueva capa de brea al barco, sí, eso es, como pasarle la brocha cada cierto tiempo, como sumar capas de cariño, la capa de Batman, la capa del cerdo, Kappa... algún día hablaremos del significante
capa).
Pero no nos engañemos, durante estos días de receso también me ha atravesado la tentación de alargar el hiato y hacerlo indefinido, hundir el blog. Los blogs funcionan como esos
juegos de agua en que tienes que pulsar regularmente un botón para mantener las piezas en suspensión, los blogs exigen un pulso como de orgasmo que puede volverse francamente irritante. El placer se escabulle con frecuencia, Dios sabe que no me encuentro del todo cómodo en este medio, :(
;)
¡¡Pero no os preocupéis, que voy a toda mecha, VOY A TODA MECHA*!!
No, pero qué me decís de alguien tumbado en un colchón con los ojos en blanco, completamente abiertos. Esas dos bolas blancas vibrando como cuando un ordenador piensa demasiado, tumbado allí a las doce del medio día, todo mal, los ojos, la hora, todo al revés, y alguien ordenándole que se ponga de pie inmediatamente y él contestando extrañado que
ya está de pie, que está de pie junto a la cama, y de hecho se percibe de pie, nota el suelo bajo sus pies y ve la habitación como siempre, y te apuesto a que creerá caminar por la casa cuando en realidad siga tumbado en la cama, porque tiene toda la información del lugar en la cabeza, sentirá estar recorriéndolo. Que ese fenómeno pueda darse ¿no?, qué locura. Pero no estoy hablando exactamente de sueños lúcidos ni de proyecciones astrales, es algo a medio camino entre ambos conceptos, es un desfase entre la información ya almacenada en el cerebro y su correlato en los datos percibidos a tiempo real. Al fin y al cabo cuando uno mira cualquier rincón inalterado de su casa sin prestar mucha atención apenas añade información a lo que ya conocía. En un lugar familiar uno puede creer haberse puesto en pie pero seguir tirado en la cama, ¿veis?, a eso me refiero, es como una mosca que está aquí o allá, ¿qué más da?, si ella apenas lo distingue, cuando el campo está todo trillado no importa demasiado saber en qué coordenada estás exactamente, a ver, quizás creas estar fregando los platos pero en realidad estés cagando en el váter, o puede que te percibas en la terraza cuando estés frente al televisor, esos desajustes no son relevantes, lo importante es no salir del sistema, que los elementos que lo integran siempre se permuten
entre ellos, quiero decir, que no se den fugas de energía, porque allí está el peligro, lo grave sería creer que estás en una fiesta jamaicana mientras friegas los platos o cagas, allí se jodió el invento, allí ya estás delirando, entramos en lo de siempre, allí ya estamos en el loco. Pero fijaos que con lo del sistema autorreferente he propuesto una cura a las alucinaciones sin destruirlas, HE RESUELTO EL ROMPECABEZAS, se acabó la psiquiatría.
Vale la pena revisar la letra del tema A Toda Mecha de SJK (Santa Justa Klan), esos chavales que salían en Los Serrano. Lo podéis escuchar en Spotify. De entrada, esos pillastres del SJK se dedican a dejar muy claro que usan expresiones juveniles propias de la cibercultura y el sexo libre prematuro, pero finalmente van a dar con un estribillo que gira en torno a una figura nacida cuando el mundo se propulsaba a vapor: el ir a toda mecha. Esos viejos disfrazados de niño desinhibido quieren devolvernos a las jornadas de quince horas y a los rostros tiznados, menuda bola envenenada nos lanzaron.